Nacion descremada (Discreamynation)

La situacion era la siguiente: europeos y gente con aspecto de europea caminando y riendo desfrazados y pintados por las calles humedas de Christchurch, mientras la lluvia hacia de telon de ese escenario festivo en el cual nosotros solo eramos publico latino infiltrado. El clan latino estaba conformado por seis argentinos y dos chilenos que habiamos conocido la noche anterior en el hostel. Luego de un breve recorrido por algunos bares, los cuales no reflejaban el espiritu de fiesta y ‘descontrol’ que buscabamos en nuestro ultimo sabado en una de las ciudades mas grandes de Nueva Zelandia; nos encaminamos a un boliche al que habiamos ido la noche anterior y sabiamos que era un buen candidato para pasar la noche. Ni bien llegamos nos pusimos a hacer la cola para entrar, rodeados de escotes y polleras, nada mal. Al llegar a la puerta una persona del lugar nos dice que quienes tienen una prenda blanca entran gratis y quienes no tienen que pagar 5 dolares. Gaston y Lucho tenian una remera blanca asique entraron sin titubear, mientras que el ersto nos hicimos a un lado de la fila y comenzamos a hacer un analisi costo-beneficio y prestamista-deudor. Esto ultimo fue necesario debido a una decision de Fede y mia (si, eramos 2 Fedes), basada en la experiencia de las noches anteriores, de salir sin plata para que no nos gane el sello del diablo: ‘la tentacion’ de gastar dolares en innecesarias bebidas. Rapidamente Rama se postulo como prestamista, con lo cual solo quedaba pendiente la decision de entrar o no al lugar. Basicamente cuando un hombre se plantea entrar o no a un bar o un boliche, pone en la balanza de un lado las minas que hay y del otro el valor de la entrada. Si bien el lado de las minas pesaba mucho, los cinco dolares de la entrada cuando estas en otro pais hace un mes sin trabajar y pudiendo ir a otro lugar sin pagar entrar, tambien tenian un peso bastante grande, asi que fue por esta razon que nos alejamos de la entrada para seguir debatiendo sin molestar a nadie. Estabamos llegando a la conclusion de que teniamos que entrar, cuando de repente aparecen Lucho y Gaston diciendo que adentro estaba lleno de minas y que estaban re enfiestadas; con lo cual a la mierda el debato, la balanza y los cinco dolares, enfilamos para la cola otra vez y justo en ese instante aparecio….. Parecia el hermano gemelo de Jonah Lomu, y venia embistiendonos como si fuera el ultimo minuto de la final del mundo y estuvieran perdiendo frente a Australia por 1 try (como se escribe?), enojado pero callado, un poquito gordo pero sobre todas las cosas feo, y nos dice, Ustedes no pueden entrar. Con la mas natural cara de asombro preguntamos, Por que?, Necesitan ir a tomar un vaso de agua fria y comer algo, hagan eso y vuelvan, Por que?, no estamos borrachos, Ustedes asi no pueden entrar, Pero no tomamos nada, por que decis que estamos borrachos?, Por que me doy cuenta, tienen los ojos y la nariz roja. Mientras esta charla se llevaba a cabo seguia entrando al boliche gente realmente ebria, cantando y tambaleandose y nadie le decia nada, y ahi fue cuando entendimos lo que estaba pasando. ‘Afuera sudaca, vos no entras’ fue el sentimiento que compartimos todos en ese momento y entonces empezamos a decir, Lo que estas haciendo se llama discriminacion, esta mal, vos nos estas discriminando. A todo esto, habia dos policias a 1 metro nuestros, los cuales obviamente eran parte de ese repentino complot anti sudacas.

Realmente no puedo explicar la impotencia que sentimos, la sensacion de pequeñez, las ganas de encontrar la manera de dar vuelta la situacion, y no demostrando que estabamos sobrios, eso ya no importaba, lo que nos rajaba el alma era la imprevista injusticia, como si con unas pocas palabras nos hubieses quitado el velo de los ojos para ver por primera vez que eramos realmente pequeños, unos pigmeos en un mundo de gigantes en el que estos tapan el sol con un pulgar y desvisten sus sueños tan solo con sus voces.

La discusion con la gente del lugar duro aproximadamente 1 hora, con varios intentos fallidos de ingresar sin que los principales anti sudacas nos vieran; pero la sensacion de impunidad, desarraigo y vacio duraron mucho mas.

Finalmente nos fuimos a bajonear a un Burger que habia a la vuelta, en donde regalaban coronas de rey de carton; y luego al hostel a dormir. A la mañana siguiente apenas nos despertamos Juan dice serio, Quien me acompaña a hacer la denuncia?. Algunos reimos, nadie contesta.

Punto aparte.

‘Hace lo que yo digo pero no lo que yo hago’.

En la charla ‘interna’ que se daba paralelamente mientras otros trataban de hacer entrar en razon a los discriminadores kiwis, se escucho de varias bocas salir la frase ‘Somos como los bolivianos en Argentina, somos los bolivianos de Nueva Zelanda’. Durante algunos minutos nadie reparaba en lo contradictorio de la situacion hasta que alguien dijo, Che, pero esa frase es re discriminadora… No nos quedo otra que reirnos y acpetar aunque con culpa, que de esta situacion eramos tanto victimas como victimarios.