Todo nos ata. Todo lo que hacemos va tejiendo una gran telaraña en la que quedamos atrapados. Somos la arania – que teje – y la mosca – que queda atrapada en la telaraña que la araña teje. El trabajo, el estudio, el noviazgo, la rutina nos atan. La television, las novelas, las operetas, los comics, la radio y hasta la puta costumbre nos atan. El clima, el pasado, el futuro y la seguridad te atan. Podes viajar, podes irte a la otra punta del mundo, podes cambiar toda tu vida, dejar todas tus cosas, toda la gente solo para entender que otras cosas te van a atar.
La gente me ata.
Pero de muchas cosas no me quiero desatar. No quiero estar flotando en el vacio, libre como el viento, solo. Quiero atarme a algo, a alguien. Pero quiero ser yo quien elija a que cosas atarme, quiero tejer mi telaraña y no que ella se teja sola usando mis manos como herramientas que no puedo controlar.
Quiero aprender a tejer.
Odio los Domingos 
esa es la idea, no.
el otro día alguien me contó un consejo que le dieron: hagas lo que hagas, te vas a arrepentir, más avel arrepentite de las cosas que hiciste que de esas que te quedaste con ganas.
es dificil estar solo en otro pais
hay que atarse aunque sea de una nube